La pregunta que nos podíamos hacer es porque formar a los profesionales, ellos ya reciben una formación en los centros docentes, en su periodo de academia antes de incorporarse al servicio.
Si bien estos centros cada día muestran una mayor especialización en sus formadores (nuestro profesorado forma parte o lo a hecho de algunos de estos centros en diversas materias), el periodo de formación y la gran cantidad de materias que los agentes deben de conocer hace que estos reciban una gran información en poco tiempo.
Una vez llegados a sus destinos estos profesionales se encuentran con problemáticas típicas de la zona donde van a prestar servicio.
Una vez en estos destinos es conveniente especializarse en estas áreas.
Igual que en otras actividades, los conocimientos se van quedando obsoletos y aquello que hoy servía, mañana se ha quedado desfasado.
La situación que hoy se vive en la calle y la llegada de nuevas formas de delinquir exige un mayor conocimiento y especialización por los agentes en áreas que antes no se creían necesarias.
La actividad policial es muy peculiar por su desarrollo, normalmente es preventiva no llegando a tener que realizar acción de ningún tipo, si bien esto se consigue con un conocimiento del área que haga ver de la preparación de los agentes y sea lo suficiente convictorio para que nadie quiera pasar esta línea.
Cuando se realiza una acción policial se entra en una situación de estrés la cual perturba la claridad de ideas, razonamiento, visión, movimiento, etc. Este estrés se elimina si la situación dada es conocida y practicada con asiduidad y continuidad por los agentes.
El profesional bien preparado se siente cualificado para realizar su trabajo y desarrollara éste sin miedo ni temor, sirviendo además para conocer la importancia de una situación, no trabajar con temeridad, que es otra de las posibles acciones que un agente no entrenado puede realizar, el no conocimiento de la importancia de una situación hará valorar erróneamente al agente, cayendo en un error positivo o negativo de la situación, que no ayudara a encontrar la solución, dando una respuesta por parte de los profesionales que a veces no solucionan sino empeoran una situación ya critica.
Esto requiere una formación por parte de los profesionales sobre las materias a desarrollar en su trabajo.
Un agente bien formado es un seguro para el y para los ciudadanos a los que presta servicio.